Otros vínculos
Actualizado: 3 ago
Me vine a vivir al bosque porque sentí su llamado. Más que una necesidad mía, sentí un no no sé qué, que no es fácil de explicar. Era algo así como una urgencia de estar aquí pero no era mía. En aquellos tiempos (2015), yo era más un ser de playa, calor, humedad, arena, mar, poca ropa (todavía), más como una sirena.
Me preguntaba por qué bosque si es frío y húmedo, hasta que entendí que iba más allá de mí, era un llamado de algo muy superior. Con el tiempo se me van revelando algunas pistas, he sido llamada por el bosque, guiada por mi linaje. Aquí me reencontré con guardianes, estoy aprendiendo mucho y tengo misión.
Tardé dos años en buscar un lugar en un entorno natural. Fue en septiembre del 2017 que me lancé a la aventura de la búsqueda y fui con mi amado amigo Sonson de la Montaña en Tepoz, pensé que sería muy bueno vivir ahí. Y sí, surgió una excelente oportunidad, solo había que esperar un poco.

Sin embargo, un mes después...
... Nos sacudió el sismo de septiembre del 2017 y, en la ansiosa búsqueda de casas para salir del centro de la ciudad ya que, me aterraban los edificios en esos días (y en estos también, ji), mi compañero de de esos tiempos y yo, encontramos la casa que habito ahora.
Confieso que al principio me sentía ajena a todo. No tenía internet ni teléfono. Llegué a pensar que me volvería loca porque no estaba acostumbrada a mis pensamientos en medio de un silencio, al que tampoco estaba acostumbrada. Además, algunos sonidos de la naturaleza eran extraños. No tenía posibilidad de escapar, había firmado un contrato de arrendamiento, por un año. Lo anterior, aunado al frío y a la obscuridad, fueron bastante aleccionadores en mis primeros meses de estancia aquí.
Lo más que había estado en la natura eran diez días acampando en el mar.
Ahora, que vivo "sola", corrijo, ahora que no comparto casa con humanes, me doy cuenta que en realidad, no estoy sola. Estoy acompañada y rodeada de vida como no estaba en la urbe. Es vida distinta, es vida no humana, se podría decir que in-humana. Es vida que no hace ruido, que poco depreda, que no es invasiva.
Vida a la que no estaba acostumbrada
Allá abajo, en la urbe, tenía una vida social intensa. Diario había amistades o consultantes en casa, casi 24 x 7. Siempre estaba platicando con alguien en persona, y por redes. O bien, me citaba con medio mundo fuera de casa.
Acá arriba, tengo una vida vital intensa, pacífica. Ahora platico de vez en cuándo pero de manera muy sentida y profunda con mi gatirri Pollubiri, con las plantas, los pájaros y con mi vecina. Negocio el espacio con las arañas, agradezco a los encinos su sombra y su hojarasca, honro a la maestra sábila, le canto a la papa, al romero y a la ruda, me peleo con los caracoles, le suplico a las rosas, regaño a la citronela, etc.

Este año, para mostrarme otras formas de comulgar con la vida...
¡me llamó el Fuego!
La verdad es que siempre me llama y siempre me hago bien wey porque, según yo, si ya tengo harto fuego en mi carta natal, ¿para qué quiero más? Fuego me mandó mensaje mediante un Maestro que me invitó a una ceremonia de Fuego, Tabaco y Hikuri, ¡en un tippi!. Tenía terror de meterme a un tippi a comulgar con el hikuri, siempre lo he hecho al aire libre, con los Maraka'me Wixáricas. Mi miedo era pura ignorancia. Pese a todos los obstáculos que yo misma y la vida me puso, fui y recibí una gran bendición. Hace un mes me pidieron sahumar en un retiro de una amiga; otra vez el Fuego llamándome y yo, haciéndome que no escucho. Gracias a eso, y otras llamadas que me ha hecho ancestro Fuego este año, retomé mi vínculo con él. Con una práctica de 29 días con este ancestro, me ha enseñado de la luz, la oscuridad, el primer chispazo, del calor, la contención, de cómo poner límites y no bajar la guardia..., ¡uf!
En estas clases, pláticas, rezos y agradecimientos de cada día, me di cuenta de lo tan acompañada, sostenida y contenida que estoy por estos seres vivos y Maestros. Cuando enciendo a Fuego, es una oportunidad de ponerme en Paz y Silencio conmigo misma. Es cuando toda la demás vida surge y me habla.
Nada sustituye a nada, mis vínculos humanos son insustituíbles, lo mismo que mis vínculos con otros seres vivos
Por eso disfruto tanto de mis vínculos interespecie.
Cuando platico con Fuego, no me contradice, simplemente me quema y listo, no hay desacuerdo ni discusión, no hay pleito ni desobediencia, nada de tomarlo personal, ja. Así de rápido me enseña.
Agua siempre me espera a que llegue a

casa para dejarse caer desde el cielo. Supongo que si algo no hago bien o le falto al respeto, me mojará vestida y alejada de mi hogar. Viento me permite ver cómo mis recuerdos, pensamientos y rezos se van en los espirales mediante el humo del copal. Me hace saber si llegarán lejos, o no. O si se quedarán aquí, cerquita de mi corazón. Cuando no soporto a la loca de mi azotea, le pido a viento que me limpie e inmediatamente sopla fuerte para que los pensamientos se vayan volando. Tierra, ni qué decir, me da todo y no me pide nada a cambio, salvo devolverle lo que no requiero. Tabaco me limpia y me da claridad al momento de orar. Gato me cuida, si percibe peligro, no me deja bajar las escaleras o bien, se recuesta cerca de mí para darme su calor. Las hierbas me susurran cuando paso cerca de ellas, a veces me dicen si debo tomar de alguna en té, o preparar un guiso y gozar su exquisito sabor, aprovechando sus propiedades.

Diario me dejo contener, penetrar y enseñar por Vida, por Diosa, Madre Divina, Crone, el Gran Útero, el espacio que contiene toda
Geometría Sagrada
Algunos días, gatirri me trae seres vivos, unas veces bien vivos, otras a medias y otras bien muertos. A veces logro rescatar a algunos, eso me hace sentir su heroína.En otras ocasiones mueren en mis manos o ya llegan muertos, eso me convierte en sacerdotisa que les ora, diosa que los manda al cielo y enterradora que entrega sus cuerpitos a Tierra. Por cierto que, hace poco me trajo una pequeña víbora que se nos escapó en algún lugar del jardín. Aunque me da un poco de susto, sé que muy probablemente crecerá y nos acompañará en algún momento. Ya me da curiosidad saber qué temas de conversación tendremos con esa larga y serpenteante maestra.
Por ahora, soy muy feliz relacionándome de esta manera con los seres del bosque, en mi devenir cotidiano.
De vez en cuando bajo a convivir con humanxs y los gozo muchísimo. Soy de contacto, de abrazo, de caricia, de beso, de carcajada, de largas pláticas, de bromas, de compartir los alimentos. Sin embargo, por ahora, así los gozo mucho, de vez en cuando. Me di este año para estar mucho conmigo y relacionarme con no humanxs, a ver cómo me viene el próximo, yo solo Gozo.
Mientras tanto, sigo fluyendo entre pantalla y natura.
Aprendiendo, fluyendo y alquimizando mis formas de vinculación interespecies.
Gracias Fuego, por tu llamado
Gracias Fuego, por tu poder de transmutación
Gracias Fuego, por tu luz
Gracias Fuego, por tu calor
Gracias Fuego, por conectar mi útero-corazón
GRACIAS
Como es costumbre, no pueden faltar las rolas que me encanta compartir: